Miguel Ángel Martínez

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jueves, 1 de agosto de 2013

Festival Rock al Parque  Domingo 30 de Jun 2013 / Tarima Eco 


Ya había hecho de las suyas, salto la “barda” y en medio de su “locura” intento mezclarse con los fotógrafos y la gente de VIP, sin embargo en el acto fue alcanzado por el personal de logística, quien a punta de estrujo lo devolvió a la zona general. El punk crudo en vivo seguía su camino de la mano de una de las leyendas más amadas de la escena colombiana, mientras el “forajido” seguía balanceándose entre el límite de hierro que separa el castigo del goce; en medio del reto y de las risas temerosas de muchos, apareció la sensatez de cabeza rapada con rizos morados, para abrazar con el abrigo de la felicidad todo trastorno. En un país violento como el nuestro e inmerso en insania, un acto como este puede ser juzgado con la pena máxima, más si viene de las melodías del rock. Al acecho viven muchos para clavar la daga del justiciero y con la sangre de otros construir la fama y el ego propio que luego le den inmunidad para atropellar a quien desee, con derecho al estrado en estado convenido, pero justamente donde menos pega el sol, surge la luz violeta en pleno resplandor para que el episodio sea el más pacifista. Mano a mano, bañados en miedo por las consecuencias, se resuelve un conflicto bajo el lenguaje de calzar los mismos zapatos roídos pero ofreciendo respeto, ese mismo que el ardor y el orgullo en pleno, en la mayoría de casos ciega.

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