El ‘Metal God’ saludó a los creyentes. La chaquetas de cuero y tache rechinaron al son de los brazos izados, desahogando esa voz truncada por más de 3 décadas de ausencia. Ausencia de uno de sus Dioses. Judas Priest. pioneros, prodigiosa voz del rock encarnada en Rob Halford. En cuerpo y alma la tarde del domingo del único Noviembre del 2008, luego de la lluvia fuerte que refrescó pero no apagó la llama encendida de los rockeros, se vio el resplandeciente fulgor del Heavy Metal, algo que ni el propio Nostradamus inspiración de la reciente obra de la banda, hubiese pronosticado para Colombia.
En la ruta del Rock me he topado con varias cosas aprendidas empíricamente, entre ellas capturar imágenes. De profesiones varias no todas tituladas, soy feliz cuando mi cámara se echa a rodar, con la única intención que los protagonistas de estas historias en vivo, recuerden cómo ser felices. Colombia netamente tropical saturada de sonidos bailables, donde se negó la opción a otros igual de relevantes, tomar de nuevo esos pasajes, obtura la memoria dibujando una sonrisa, producto del corazón.
miércoles, 26 de enero de 2011
El ‘Metal God’ saludó a los creyentes. La chaquetas de cuero y tache rechinaron al son de los brazos izados, desahogando esa voz truncada por más de 3 décadas de ausencia. Ausencia de uno de sus Dioses. Judas Priest. pioneros, prodigiosa voz del rock encarnada en Rob Halford. En cuerpo y alma la tarde del domingo del único Noviembre del 2008, luego de la lluvia fuerte que refrescó pero no apagó la llama encendida de los rockeros, se vio el resplandeciente fulgor del Heavy Metal, algo que ni el propio Nostradamus inspiración de la reciente obra de la banda, hubiese pronosticado para Colombia.
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